¿El etanol merece ser considerado como una alternativa viable para el remplazo de la gasolina en México?
Ha cobrado fuerza en todo el mundo el tema del etanol y su posible utilización como combustible alternativo. Es de llamar poderosamente la atención el creciente impulso que, al desarrollo de esta industria, le está dando el gigante del norte.
Al menos por el momento no se ha comprobado que la utilización del etanol como combustible, en lugar de la gasolina, signifique una reducción neta en las emisiones de bióxido de carbono que se arrojan a la atmósfera. Lo anterior se debe a que, aunque el etanol no emite bióxido de carbono directamente por no tratarse de un combustible fósil, para producirlo sí se requiere de combustibles fósiles. Para producir un litro de etanol se necesitaría más de un litro de otros combustibles que sí contaminan.
Sin embargo, también hay estudios que indican precisamente lo contrario. La Comisión Nacional de Política Energética de Estados Unidos señala que el etanol produce 20 por ciento más energía de la que necesita, mientras que el Laboratorio Nacional Argonne calcula que es de 35 por ciento el beneficio. El Departamento de Agricultura, por su parte, apunta un beneficio todavía mayor.
Otro punto de incertidumbre gira en relación a la viabilidad de que, en la práctica, el etanol pudiera sustituir a la gasolina como combustible, lo cual no se trata de un asunto trivial.
Por ejemplo, si toda la cosecha anual de maíz de EU fuera transformada en etanol, este reemplazaría únicamente entre el 12 y el 25 por ciento del consumo de gasolina. EU se encuentra trabajando también en el desarrollo del etanol celulósico, que se produce a base de pasto y otros insumos que son más fáciles de obtener.
De cualquier forma, existen argumentos que nos obligan a considerar al etanol como una posibilidad.
El primero y más importante es que, dada la situación actual de PEMEX, es improbable la explotación de nuevos yacimientos por lo que, efectivamente, nuestras reservas están comprometidas. El futuro ya nos alcanzó.
En segundo lugar debe interesarnos el hecho de que EU, el mayor consumidor y principal destino de nuestras exportaciones de petróleo, esté apostando seriamente a la sustitución gradual de gasolina por etanol. Una cantidad significativa de automóviles funciona ya bajo un estándar E10 (10 por ciento etanol y 90 por ciento gasolina), lo cual es relativamente sencillo, debido a que para aceptar esta combinación los motores tradicionales no necesitan modificaciones. Sin embargo, debe señalarse que el objetivo a media- no plazo es alcanzar el estándar E85.
En tercer lugar, con la apertura agrícola de 2008, lo cual constituye otro ejemplo del tipo “el futuro ya nos alcanzó”, se calcula que únicamente el 5 por ciento de los productores de maíz podrán dar la batalla. ¿Qué va a suceder con el 95 por ciento restante? Para ellos, que su producto tenga un uso alternativo podría resultar benéfico.
En cuarto lugar y refiriéndonos ahora al etanol elaborado a partir de caña de azúcar, se tiene que México ya produce 45 millones de litros al año. Lo anterior querría decir que México tiene alguna experiencia en este asunto y al parecer, los costos de producción son similares a los internacionales.
Asimismo, podría interesarnos el hecho de que nuestro principal competidor a nivel regional, Brasil, tiene como meta para 2025 reemplazar con etanol el 10 por ciento del consumo mundial de gasolina. Definitivamente, se trata este de un plan sumamente ambicioso pero, ¿cuál es nuestro plan a mediano plazo? Y ya no estamos refiriéndonos exclusivamente al etanol.
Al menos valdría la pena evaluar la conveniencia de impulsar la producción de etanol. De cualquier forma, de no convenirnos y dada la tendencia mundial que parece encaminarse hacia una mezcla de cada vez más etanol y menos gasolina, lo más probable es que en el futuro lo tendríamos que importar.
Más aún, el problema energético de México debe analizarse desde una perspectiva integral, considerando todas las posibilidades.
Lo peor sería como siempre, no hacer nada. Aunque en ese caso podríamos quedarnos sin gasolina antes de llegar a la siguiente estación.
Victor Chora
Maestro en Políticas Públicas
Publicado en periódico Mural el 08 de abril de 2007
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